Sufjan Stevens – Giovanni Ansaldo

26 de septiembre de 2020 15:39

Sufjan Stevens. (gatito asmático)

Sufjan Stevens, Azúcar
A Sufjan Stevens le encanta cambiar el programa cada vez. Generalmente, después de un registro «fácil», aparece uno más complejo. Esta vez, cinco años después de las orquestas de Carrie & Lowell, dedicadas a la madre y al padrastro desaparecidos, la cantautora de Detroit vuelve a los escenarios con un disco de pop electrónico helado (entre medio había varios discos colaborativos). Un glaciar en apariencia, porque los textos de La Ascensión son muy intensos: reflexionan sobre la crisis de América y vuelven a los temas cercanos a Stevens, las relaciones entre las personas y su fe cristiana. Escuchando un crédito de la canción que abre el disco, hazme una oferta que no puedo rechazar. Muchos títulos de canciones y versos son similares a eslóganes y frases, pero la elección de exponerlos realmente es una forma de suavizar el lenguaje del consumo.

Después de muchos años en la ciudad, Sufjan Stevens se mudó a las montañas Catskill en Nueva York hace más de un año. Cuando lo echaron de su estudio en Brooklyn hace unos meses, solo tenía una computadora y una caja de ritmos. También por eso grabó todo minimalismo electrónico a lo Kraftwerk, reverberaciones y atmósferas etéreas, como si las canciones estuvieran inmersas en un entorno de gravedad cero. El minimalismo, sin embargo, no acaba en sí mismo y siempre va acompañado de melodías a la altura, por lo que el videojuego en solitario, crítico (quizás un poco fuera de tiempo) para la cultura de las redes sociales con mucho comentario. Modo Depeche. Hablando de melodías bien escogidas cabe mencionar Sugar, que tiene una larga introducción instrumental y una línea vocal impecable, y Die happy, una canción hipnótica construida sobre la repetición obsesiva de un verso: «Quiero una muerte feliz», quiero… a una muerte feliz.

La pieza final, América, es una canción de protesta para sintetizadores y voces y tiene una duración de más de doce minutos con largas partes instrumentales. La lista de canciones, quince, es compacta, por lo que hará falta aún más jugadas para asimilar mejor todo. Pero una cosa es cierta: Sufjan Stevens ha demostrado su talento ordinario y The Ascension es uno de los discos más valientes de su carrera.

Hermanos Meridianos, Cumbia del Pichamán
Siento que Meridian Brothers, a juicio del multiinstrumentista colombiano Eblis Álvarez, es una de las bandas más brillantes e impredecibles de Latinoamérica. Su nuevo disco, Cumbia siglo XXI, es un homenaje a la tradición cumbia. Pero no esperes nada regular, la cumbia es música exótica y loca según los Meridian Brothers, comenzando con esta gran versión de Son of a predicar man de Dusty Springfield.

Deftones, Génesis
Este fin de semana se habla mucho de un disco con guitarras, el disco británico Idles. Como no era un gran fan de ellos, decidí hacer lo contrario y reportar otro álbum con guitarras, el disco imperecedero de Deftones. La banda de Sacramento vuelve a subirse a los escenarios cuatro años después de los anteriores Gore con un disco muy sólido que refleja su estilo al cien por cien. Y siempre es un placer escuchar al cantor Chino Moreno.

Andrea Laszlo de Simone, Desde el día que naciste
Andrea Laszlo De Simone escribió una canción para sus dos hijos, qué delicada es. Entre la atmósfera de los sesenta, tambores casi afrobeat y una sección a presión de viento, creó una rima contagiosa y contagiosa. Desde el día que naciste no estarás en ningún disco, es un sencillo que saldrá en solitario para ser escuchado en solitario.

palomas, carruseles
A principios de la década de 2000, Doves of Manchester lanzó al menos algunos discos notables de la basura de Britpop, sobre todo Kingdom of Rust (2009). Su primer trabajo en once años, The Universal Want, es honesto y está cuidadosamente empaquetado. Puede que sea exclusivo para los fanáticos de la música pop británica, pero si lo eres, lo disfrutarás.

PS Lista de reproducción actualizada, ¡escucha bien!

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