«Perdí como reina / engañaste como rey rey» y luego, quizás inevitablemente, la rima viene con la palabra «bling», pero el rapero de Epoque tiene su propia habilidad para mantener un registro multilingüe entre italiano y francés. y Lingala y una protagonista imaginaria que intenta liberarse de los clichés no solo del hip hop y el trap (aunque mediterráneo) sino también de cómo rapear a una chica. No es casualidad que su último sencillo se llame Cliché, una pieza trepidante en la que dice que corre a través de los ojos por la ciudad y se encuentra con un interlocutor que hace mil películas pero que no la conoce.
Nacida en Turín, criada en París y Bruselas, Epoque renueva la intuición de que cuando una canción funciona puedes emanciparte del imperio de la interpretación sociológica, que siempre ha sido un tema integral en el rap, pero que a veces empaña sus méritos artísticos y expresivos. . convertir a un artista en un símbolo cuyo caudal se desborda de los sonidos a las calles. En cambio es un placer escuchar Epoque sin pensar en lo que representa de estos años o de este país, seguirlo en su ritmo y soltura entre lenguajes no solo lingüísticos sino también relacionados con diferentes cuencas de la música, muchas veces afrorap placentera. . desamericanista, o mejor dicho: un afrorap con mucho mediterráneo y muy sureño, así como el rap americano se ha ocupado durante muchos años de pedazos de América Latina, despojándose de predecibles y banales machismos, en busca de un nuevo fluido. Gracias a Epoque bailamos y pensamos un poco menos.