Si tienes vocación artística y deseas asar un buen rato por las tardes desarrollando tu faceta de pintor o escultor, lo mejor que puedes hacer es buscar un buen curso.
Existen muchos centros gestionados por los ayuntamientos donde ofertan cursos de escultura y pintura, por precios muy económicos y es una buena forma de conocer las técnicas necesarias para poder continuar a tu aire en casa.
Tanto la escultura como la pintura son prefectas para relajarse y expresar lo que sientes. Sentarse delante de un lienzo en blanco o de un trozo de arcilla y comenzar a inventar y expresar lo que sientes o lo que has visto, es una auténtica gozada. E incluso quizás descubras que tienes autentico talento para ello.
Un espacio y un tiempo para ti
Estas representaciones artísticas son muy valoradas por los médicos con terapias para personas con depresiones o problemas psicológicos, ya que ayudan a las personas a expresarse de un modo diferente y a liberar tensiones o problemas de su interior.
El tener un espacio en tu casa donde poder cerrar la puerta y comenzar a crear es una ayuda a tu autoestima y hace que las personas poco a poco se vuelvan a sentir útiles y abiertas con el resto, llegando a desear terminar su obra para mostrarla.
Las obras de arte como decimos ayudan a expresar lo que se siente por dentro y observarlas te ayuda a entender como esa persona se sentía cuando lo hizo, se puede decir que son un fiel reflejo del alma. Gracias a ellas se puede entender y ayudar a la persona, de ahí su uso como terapia en medicina.
Al margen de si la persona tiene un problema o no, la escultura y la pintura ayuda a expresar a todo el mundo y sentirse muy realizado con lo que estás haciendo, es una manera perfecta de dejar las frustraciones de la vida diaria fuera y centrarte en crear algo que creas tú, para ti y siguiendo las premisas que tu estimas necesarias.