En París, el Institut du monde arabe explora la historia perenne de la expresión judía oriental

Doscientas ochenta obras de todo el mundo se reunieron en el Institut du monde arabe (IMA) de París para la exposición «Judíos de Oriente, una historia multimilenaria». Cuentan los veintiséis siglos de exilio de las comunidades judías en Oriente Próximo, desde Judá hasta las riberas de los egipcios, desde la antigua Mesopotamia (Siria-Irak) hasta los pueblos de Yemen situados en Arabia Saudí, hasta la meseta del Atlas en Marruecos . . «Un gran siglo a escala internacional que destaca la historia de los judíos en Oriente», dice Benjamin Stora, curador general de la exposición, él mismo de fe judía, oriundo de Constantina, Argelia.

Para contar una historia tan larga hay que remontarse a los orígenes, a lo largo de los siglos, según Benjamin Stora. “Esta situación no puede reducirse al conflicto palestino-israelí. Los judíos y los árabes no eran extranjeros sino del mismo mundo. Desde África hasta Asia, se entrelaza una cultura del texto sagrado, magnífica caligrafía, desde el hebreo hasta el árabe. Los judíos del Maghb y el Mashreq [l’Orient arabe] vivir como orientales. Las oraciones de las mezquitas eran tan felices como las oraciones de las sinagogas., declara, imitando sus recuerdos de infancia.

Benjamin Stora, historiador: “No podemos reducir esta historia al conflicto israelí-palestino. Los judíos y los árabes no eran extranjeros sino del mismo mundo”.

Habla Meddeb el gran intelectual Abdelwahab, fallecido en 2014 «socialidad» : «Es un matrimonio de compromiso y convivencia compartido entre diferentes mundos monoteístas», dice Benjamín Stora. El cartel de la exposición representa el mural al fresco IIIy siglo de la sinagoga de Doura Europos, en el Éufrates, en el noreste de Siria, donde la toga parece haber sido el traje ritual de la época, tanto para judíos como para cristianos. A lo largo de la exposición, este «mensaje» oriental se transmite a través de piezas litúrgicas y arqueológicas y objetos cotidianos: joyas, trajes, manuscritos, fotografías, películas de época, música. Prestadas por cuarenta museos y coleccionistas privados de nueve países, estas piezas marcan el épico viaje histórico de los judíos en su cronología, el viaje del judaísmo arraigado en la tierra del Islam.

El exilio de los judíos comienza en el año 587 aC, fecha de la destrucción del primer templo de Salomón en Jerusalén. Las comunidades judías fueron luego deportadas a Babilonia, donde llegaron por la ruta nómada habitual y el comercio de caravanas. En el año 320 a.C., la Torá fue traducida al griego, dirigida a las comunidades judías deportadas de Alejandría Ptolomeo Soter, así como a las de Cirenaica y Cartago, en Túnez. Acompañando a la presencia ancestral de la diáspora judía más antigua de Irán, se encuentra la traducción de la Biblia hebrea al judo-persa. Restos arqueológicos de las sinagogas del IIIy Siglo aC. J.-C., dando testimonio de la vida religiosa y comunitaria, testimoniada en Alejandría, el delta del Nilo, Fustat (El Cairo Viejo), como en Babilonia, Alepo, Bagdad, Kairouan, Cartago, Volubilis, Toledo, Córdoba, Granada. y Constantinopla.

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